La rosa y la niña
- 21 sept 2019
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Y cuando todo parecía gris y frío, salió una rosa en el camino y dijo emocionada:
- ¡A pesar de la tempestad he florecido ! ¡Estoy feliz porque he llenado de color el camino!
La niñita sorprendida la miró por largo rato, sintió ganas de tomarla y llevársela a su madre de regalo.
La rosa, intuyendo sus intenciones exclamó:
- ¡No me cortes! ¡Déjame libre! ¡Que así como broté del suelo, me marchitaré! No me lleves antes de tiempo, déjame respirar el aire frío, déjame sentir el viento y el agua, quiero vivir aunque sea por poco tiempo.
La niñita admiró la valentía de la rosa, y le obsequió un trago de agua, se volteó y siguió su camino.
Cuántas veces en la vida no somos capaces de admirar la belleza de los demás y queremos cortarles sus sueños y esperanzas.
Cuántas veces no somos capaces de obsequiar palabras dulces y edificantes, dar una mano amiga.
Aprendamos a admirar a los otros de la misma manera que quisiéramos ser admirados y valorados.
Marcia Orozco S.
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