¿Quiénes son nuestros amigos?

Aquellos que te dan la mano en cualquier circunstancia sin juzgarte ni criticarte, los que no tienen necesidad de ponerte en mal ante nadie para ellos quedar bien.

Son esas almas que están siempre ahí aunque los veas poco, esos que a pesar de los malos entendidos siempre preferirán tu compañía y tu amistad por encima de cualquier otra cosa o circunstancia.

Son esos que no son capaces de hablar mal de ti con nadie, y todo lo que deban decirte te lo dirán de frente, aunque nos pueda doler o lastimar, pero prefieren la sinceridad y transparencia antes de callarse y ser hipócritas.

Los amigos son muy escasos, no te los encuentras en cualquier parte, quizá en la vida no vayamos a quedarnos con muchos, pero los que llegan de corazón y te aceptan tal y como eres, pueden durar toda la vida.

Los amigos son ángeles que Dios envía para darte soporte en la travesía de la vida, no son esos con los que te tomas un café o sales una noche, son los que a todas horas y en todo momento están ahí, los que te conocen y saben si las estás pasando bien o no y se hacen presentes.

Los amigos se reirán contigo y no de ti, los amigos no te señalarán, los amigos saben hacer la diferencia entre lo banal y lo significativo e importante. Los amigos no solo están en la bonanza, sino que están cuando tocas fondo y no te abandonan.

Los amigos creen en ti cuando nadie más lo hace, te echan porras y te ofrecen un hombro para llorar. Te ofrecen una sonrisa y siempre querrán lo mejor para ti.

Bendigo a mis amigos verdaderos, los abrazo y les ofrezco mi lealtad infinita.

A los que pasaron por mi vida disfrazados de amigos, les doy las gracias, porque he crecido y he aprendido a discernir entre un amigo legítimo y uno que jamás lo fue.

Marcia Orozco