"Solo quien tiene la llave pasa la puerta"
- juliejuradocr
- 13 mar 2019
- 4 Min. de lectura
Hace tanto que inicié un proceso de reconciliación con mi persona que a veces pierdo la noción de cuanto he luchado!
Imagino que a muchas personas les ha pasado, que se le dedica tanto tiempo a un trabajo o a una actividad, que se pierde la noción del tiempo que ha tomado llegar al punto donde se está. Pero bueno, mas o menos de eso es de lo que quería hablarles.
Ser una persona que desea ser apreciada por su valor, por el amor que da, por el tiempo que dedica a escuchar a ayudar y por que no a leer absolutamente todos los mensajes y correos que recibe, amén de atender de forma especial a todos los que ama o dependen en alguna forma de una misma, no es fácil. Requiere de mucho tiempo y de aceptar que no siempre vamos a lograr quedar bien con todos. Por otro lado, el mundo no está preparado para que uno ( en especial las mujeres) falle en lo que debería de ser una vida de sacrificio y entrega pues vivimos llenos de estereotipos en nuestra sociedad, como quien dice, nos sacamos la rifa.
Nosotras, sentimos, queremos, deseamos y tenemos derecho igual que todas las otras personas con las que convivimos, tienen. Es más hasta de hacer valer nuestros derechos sin que estos, sean confundidos con egoísmo, egolatría y otros calificativos.

Que extraño, uno pensaría que siendo la más abnegada servidora del hogar y la comunidad, que entregando la vida por los suyos y los necesitados, debería esto ser suficiente para ser considerada una mujer excepcional, pero no. Es común ver que sucede totalmente lo contrario. Y no es que esto estuviese mal, pues, está perfecto si eso es lo que queremos y nos llena al cien por cien. Y es que se pone peor, pues si en algún momento deseamos más, deseamos por ejemplo estudiar, ser colaboradoras de recursos en el hogar o independientes, tener nuestros propios pensamientos e ideas sobre las cosas y tomar las mejores decisiones sobre como compartirnos con nuestros seres amados seremos inevitablemente cuestionadas. Se nos preguntará si eso es necesario o si no estaremos confundiendo prioridades.
Parece que hablo como de siglos pretéritos, pero no, algunas hemos llegado a creer que esto ya esta superado en estos tiempos tan modernos, nada mas alejado de la realidad, Ay de nosotras si además de trabajar y sudarnos la chaqueta, por circunstancias de la vida o por crecimiento personal queremos dejar tiempo para una misma, para lo que una desea y como una desea en su único propio provecho, pues .... como dicen en el pueblo "ahí si cambella la cosa" ( conste que está mal escrito a propósito ). Ahí si que se pone la cosa color de hormiga, pues la sociedad, al menos a como yo la sigo viendo, nos va a juzgar muy duramente cada acción, cada comentario, cada pensamiento expresado. Nadie está preparado para esa igualdad, pareciera que aún no hay campo para un modelo de mujer diferente, empoderada, fuerte y que eso sea también significado de feminidad.
Claro que esto no significa ande todo mal en este lado del mundo, ni que debamos volver atrás. Solo quiere decir que debemos estar preparadas, pues el camino a conseguir lo que como seres humanos en equidad deseamos y nos corresponde, esta por mucho, muy plagado de escollos.

En fin, no será fácil salirse del molde, del concepto de lo que es ser una mujer, una madre, una compañera o una esposa. Pero yo pregunto: ¿Quién define lo que es correcto para uno y en uno, sobre todo cuando sabemos que estamos dando lo mejor de nosotros mismos? ¿Quien define si hacemos mal en querer para una misma lo que damos a los demás.. ?
Hasta hacerse la pregunta es una forma de darle, de entregarle el poder a otros, de nuestra vida.
No podemos cambiar a los demás, no podemos pedirles que no nos juzguen, no podemos evitar que se molesten con nosotros. Nadie puede. Lo que sí podemos es cambiar nosotras y dejar que las personas piensen lo que deseen, juzguen lo que deseen. El camino a la equidad y la igualdad empieza en nosotras, empieza por amarnos, por respetarnos nosotras mismas y sobre todo por preguntarnos que es lo que realmente queremos. Y sin la intención de dañar a nadie sobre todo, permitirnos, permitirnos aquellas cosas que nos han sido prohibidas desde hace siglos, pensar, querer, desear, aprender, hablar y sobre todo saber que es posible equivocarnos, pues, no somos perfectas. Una vez que nosotros nos lo permitimos a nosotras mismas ya nadie podrá detenernos, ya nadie podrá decirnos como conducirnos, como actuar o que decir ante ninguna situación de la vida, pues nos habremos enamorado de nuestro ser.
Nadie tiene el poder sobre uno y sobre todo nadie tiene mas poder que uno sobre su propio ser. Pero, empoderarse de uno mismo también trae una responsabilidad enorme, la de decidir y ser consecuente con la decisión que se toma. El primer paso hacia el empoderamiento es entonces el paso hacia la erradicación del maltrato y de la violencia hacia una misma. Y, empezar a perdonarnos, a permitirnos ser lo que somos, independientemente del concepto que los demás tengan de nosotros, es el inicio de un gran amor por la vida y descubrir la maravillosa mujer que traemos dentro.
Pienso que empoderarse del ser es como abrir una puerta que te lleva a un sitio que desconoces, pero que una vez cruzas ya solo ahí quieres estar, nadie te detiene y ser detenida no es siquiera una posibilidad . Es una puerta que miras, sabes está ahí, pero solo tu puedes darte permiso a cruzar. Es la puerta te abre al lugar mas hermoso que hayas conocido y la llave es tuya, está en tu mano, tuya, así que solo debes hacia ella echarte a andar y recuerda una cosa más, si la llave es tuya, solo tu decides a quién se la das!

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